domingo, 2 de marzo de 2008

El periodismo en la era de las nuevas tecnologías y la globalización III

Por Adrián Martínez

Un cambio de hábitos
Hemos dicho en nuestras dos intervenciones anteriores que el desarrollo del periodismo digital se ve caracterizado por dos factores convergentes: 1) la subutilización del potencial de Internet como soporte específico de una nueva forma de periodismo y 2) las condiciones precarizadas de su producción. Hemos caracterizado los fenómenos económicos que, de un modo u otro, determinan el estado embrionario del ciberperiodismo e imposibilitan, por el momento, el surgimiento de un nuevo lenguaje que cambie las reglas de la profesión.
En este último artículo nos centraremos, entonces, en el otro polo que configura la inexistencia de un verdadero cambio: los consumidores del periodismo digital.

Internet y la gente
Todos los analistas del fenómeno del periodismo en Internet coinciden en que la aparición de esta tecnología modificó el concepto de noticia. Básicamente, señalan que la interactividad, como elemento constitutivo de la Web, genera un nuevo vínculo entre los hechos y el público.
Los que aplauden la aparición de los medios informativos digitales hablan, con tono optimista, de un nuevo tipo de lector que busca información navegando por la gran autopista de la Información. Se dice que la forma de producción digital democratiza el intercambio simbólico y los lectores se elevan al rango de coproductores de los medios periodísticos: la aparición de weblogs, grupos y listados de correos, foros y salones de chat y páginas especializadas hace creer en la posibilidad de interacciones horizontales. “La interactividad genera, además, un necesario vínculo entre la instancia pública de las noticias y la necesidad privada de expresión, comunicación y opinión”, afirma la periodista y académica Jacqueline Fowks.
Sin embargo, estas suposiciones chocan con dos fenómenos que ponen en duda las condiciones de posibilidad de un verdadero cambio: 1) los consumidores de información periodística en Internet buscan lo mismo que ofrece la prensa en papel y 2) la supuesta democratización del espacio de enunciación provoca una superambundancia que hace caótico el consumo de información en portales, sitios de noticias y medios digitales.

1) Que todo cambie para que nada cambie
Según el informe del Sistema Nacional de Consumos Culturales de la Secretaría de Medios de comunicación de la Nación de marzo 2006, que midió la exposición a noticias a través de Internet en todo el país, “el universo de la población que utiliza Internet para informarse resulta, todavía, escaso”.
Este es el primer y único estudio a nivel nacional que se ha realizado sobre los hábitos culturales de los argentinos. Según la encuesta, del total de los navegantes argentinos de Internet, sólo el 8.6% entra en la Web para consumir un medio periodístico y apenas el 1.2% de este universo tiene a la Red como único medio para informarse.
A grandes rasgos, el estudio revela que la gente consume medios nacionales y locales y casi no visita los extranjeros. Así, los diarios nacionales alcanzan el 65.7% de los ingresos reconocidos a páginas informativas. Los portales periodísticos que no pertenecen a un medio gráfico no reciben una gran afluencia y sólo alcanzan al 8.9% de las menciones.
Según los datos de la encuesta del Ministerio de Comunicación, el 39.7% de las personas utiliza medios de periodismo digital porque encuentra el formato de Internet “fácil y entretenido”. En segundo lugar mencionan a la “información permanente y actualizada” (35.3%) que brinda este medio en relación a lo que sucede en diferentes lugares del mundo.

Argentina: entre el periodismo gráfico y el digital
Un dato revelador que hace dudar de las condiciones de posibilidad del desarrollo de un nuevo periodismo en la era digital es que, para los argentinos, Internet tiene el mismo peso informativo que las revistas: sólo un 8% del consumo periodístico total. Según los hábitos encuestados, los medios digitales se utilizan casi exclusivamente en los centros urbanos y durante el día. Así, Internet aparece como una alternativa válida y de peso a la hora de informarse solamente de lunes a viernes en el horario de oficina. Finalmente, cabe resaltar que el uso de la Internet periodística está monopolizado por los medios que ya tienen una existencia en papel. Por lo tanto, los que se informan a través de Internet no lo hacen para “diversificar su información”.

2) Qué ves cuando me ves
Al principio fue el caos. Y sigue siendo. El tema central que enfrenta el ciberperiodismo es el de constituirse en una oferta diferencial dentro del maremágnum informativo que, por su propia naturaleza, genera la Red.
El periodista Juan Graff, responsable del servicio en Español de la Duetsche Presse-Agentur afirmó, en su relato sobre la importancia de las agencias de noticias, que la aparición del periodismo en Internet efectivamente democratizó el flujo de información mundial, que estaba monopolizado por tres operadores mundiales de información.
Sin embargo, opinó que las agencias de noticias son relevantes precisamente por la gran cantidad de información que existe. “Somos un filtro para seleccionar entre todo lo que pasa. En estos tiempos de precarización del trabajo, cada vez hay menos compañeros y trabajan con más información. Por eso, debemos entregarles un producto que esté hecho lo mejor posible”, explico. Es en este sentido que lo que está en juego en el periodismo digital es la capacidad para organizar la información y es tal vez una de las explicaciones de por qué la gente sigue leyendo en la Web los diarios gráficos tradicionales.

El periodismo en la era de las nuevas tecnologías y la globalización II

Por Adrián Martínez

En busca de un lenguaje propio
El periodismo digital, por ahora, no existe. Lejos de ser una copia de la afirmación apocalíptica de Gustavo Sierra que reprodujimos en nuestra intervención anterior, es la hipótesis de trabajo que plantearemos para pensar el modo de producción del periodismo en Internet. Primera comprobación: no puede haber un nuevo periodismo si antes no se crea un nuevo lenguaje que le permita cambiar su forma.
Si bien la interactividad, el hipertexto y el soporte multimedia transformaron la naturaleza de las notas, no modificaron la forma de hacer periodismo: el periodismo digital sólo surgirá, si los que producen la información logran manejar las potencialidades del nuevo medio.
Sin embargo, este deseo no puede concretarse (y parece que no lo hará en los próximos años) si no se cambian también las condiciones de producción de las empresas “puntocom”, caracterizadas, en la Argentina y el mundo, por la precarización laboral.

La Internet periodística
Los licenciados en Ciencias de la Comunicación y periodistas María Gabriela Samela y Leonardo Villafañe señalan en el artículo “El nacimiento de la Internet periodística” que la Web se convirtió en un soporte periodístico recién con el atentado a las Torres Gemelas. La noticia de la destrucción del World Trade Center puso en jaque a los medios tradicionales y generó demandas que sólo pudieron ser satisfechas por la oferta diferencial de Internet como herramienta periodística.
Ante este fenómeno, que implicó el colapso de todos los sitios noticiosos del mundo, las empresas periodísticas debieron redefinir sus estructuras de funcionamiento. Según los autores, por primera vez, la gente recurrió masivamente a la Red para informarse. Por ejemplo, Clarín.com, el sitio digital del diario Clarín, registró a las 11 de la mañana del 11 de septiembre de 2001 más de 70 mil visitas simultáneas.
Sin embargo, para Villafañe y Samela, este despliegue de potencialidades que mostró la Internet como soporte periodístico enfrenta una serie de contradicciones que le impiden desarrollarse. El periodismo on-line, por ahora, es sólo un sueño y no va a poder despegar si no cambian los problemas estructurales de su funcionamiento.

Volver al futuro
Al menos en nuestro país, el periodismo digital se hizo a los ponchazos. En muy poco tiempo, los cronistas que trabajaban en los medios de producción gráficos debieron aprender y poner en práctica, sin preparación previa, los recursos del periodismo digital. Así, el periodismo de la Red no pudo crear su lenguaje específico y, hasta ahora, sólo es una versión, acaso más sofisticada, de los mecanismos tradicionales de producción.
Según Villafañe y Samela, esta situación determina “la subutilización del potencial periodístico, interactivo, alternativo, tecnológico, multimedia y comunicacional de la Internet en general y, por lo tanto, del ciberperiodismo en particular”.
Como señalamos, son las condiciones de trabajo en los medios digitales las que imposibilitan que haya un nuevo lenguaje que explote las posibilidades del medio. Según los estudios del Observatorio de Medios de la Utpba, en todas las empresas de periodismo digital puede comprobarse el deterioro de las condiciones de trabajo: es una constante la reducción de personal y la tercerización de la producción de contenidos bajo la figura del “colaborador”.
Por consiguiente, cabe concluir que el mayor obstáculo para el desarrollo real de un nuevo periodismo es la contradicción imperante entre el potencial del medio y las condiciones precarizadas de trabajo.

Estado de la situación
Finalmente, cabe resaltar algunas de las contradicciones que tanto Villafañe-Samela como la Unión de Trabajadores de Prensa señalan como las principales causas del estancamiento del nuevo periodismo digital:
1. El traslado mecánico de los usos y costumbres del periodismo tradicional.
2. Una subutilización del potencial de Internet para aproximarse a una nueva forma de hacer periodismo que sea capaz de captar las demandas de amplitud, diversidad, multimedia e interactividad de los consumidores del nuevo medio.
3. La crisis de las empresas “puntocom”, que determinó el deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores de Internet.
4. El peso de la concentración y centralización de las empresas proveedoras de software, que promovieron la utilización de sistemas de publicación automatizados que generaron, en el espacio periodístico, una estandarización y homogeneización del arte de los sitios.

viernes, 29 de febrero de 2008

Una tercera aproximación a las fuentes

Por: Fabiana Godoy Di Pace

El trabajo periodístico puede partir de dos caminos: el empírico o el racional. Es decir, puede tratarse de un periodista testigo, que estuvo allí, en el lugar de los hechos y utilizó sus cinco sentidos para captar y registrar la realidad –por vía del “sentir”- ; o puede basarse en documentos y testimonios de otros.
Aquí está el punto de la cuestión que nos trae hoy: cuando las fuentes son los enunciados de “otros”, tiene lugar un valor tan preciado y difícil de utilizar: la confianza. Porque a la documentación escrita y sellada suele ser más fácil creerle. Aunque, como dice un conocido refrán: “un buen periodista no confía ni en su madre”. El camino entonces ¿cuál es?
Ahora bien, hablemos de la confianza, que es a la vez, para el periodista, un pilar, una necesidad, una entrega. Muchas veces no queda otra que apoyarse –literalmente- en el discurso del otro, conocido o desconocido, esporádico o habitual.
La confianza es una experiencia que debe vivirse primero con uno mismo. Porque al creer en uno se abren los ojos y se está atento a los indicios que comunican inconscientemente los demás.
A veces no hay tiempo, es cierto. Pero esta habilidad se va desarrollando con la vida, a la par de aprender a pensar, elegir, adaptarnos y decidir. En la práctica cotidiana se va construyendo. Y con ello, se arman lazos, relaciones en las cuales nos involucramos: fuentes de segunda, tercera o cuarta mano que nos ayudan a consolidar nuestra creencia en el otro, en “ese” otro que algo nos está dando.
No hay que mostrarnos tampoco demasiado seguros de nosotros mismos. Incluso, hay que saber dudar de nosotros, desarrollar esa capacidad de auto-observación, introspección mediante, que sumada a la honestidad –ante todo- nos permite que nos conectemos con alguna verdad.
Siempre hay verdades, por todas partes, dispuestas a develarse.
Caer en la arrogancia, la soberbia y la altanería nos ciega, nos da un poder falso. Jactarse es carecer de algo sin saberlo, sin ser conciente de aquella carencia.
Confiar, por el contrario, implica una humilde actitud de certeza provisoria –lo que en términos de Popper se trataría de una verdad a ser refutada en algún futuro.
Tener conciencia de lo que pasa adentro y afuera de nuestro alrededor -ni más ni menos- requiere de la confianza. De lo contrario las fuentes humanas no existirían, ni los lazos sociales tampoco. El camino entonces es la duda, con los ojos abiertos.

Periodismo e Internet

Por Carla Iermini

Historia de Internet

Internet nace en la década de los sesenta con la Guerra Fría. Los Estados Unidos necesitan entonces un sistema de comunicación que interrelacione sus núcleos de poder y que no sea interceptable por los rusos y pueda garantizar la confidencialidad y seguridad,
El primer resultado surge en 1969 con el sistema ARPANET, se trata de un sistema poco accesible para las personas que no tuvieran demasiados conocimientos informáticos y de programación. En la década de los ochenta ARPANET se pone al servicio de la sociedad y se generaliza su uso. Se trataba también de un sistema limitado para el ámbito universitario que permitía compartir recursos.
A finales de los ochenta, las empresas ven las posibilidades comerciales que ofrece el sistema. En base a esta idea, en 1994 se lanza el primer navegador comercial popular -NETSCAPE-. En esta misma década se produce un abaratamiento del hardware y se consigue llegar de manera definitiva al gran público.
Internet permite la multimedialidad, ya que, en el mensaje transmitido no existe la limitación de medios, se admiten en un único mensaje todos los medios como audio, texto, fotografía o infografía. El mensaje es mucho más completo y por tanto, el receptor lo entiende mejor.
Además permite la interactividad, es decir que el papel de emisor y receptor cambia y se funde. Se facilita la comprensión del mensaje y se enriquece. Se satisface la segmentación de la información. Y existe una actualización continua.
En Internet el usuario elije los temas que quiere ver y se altera así la jerarquía. La información se adecua a los gustos del receptor, pero éste puede perder información relevante al no requerirla.
Con Internet se superaron los límites tanto espaciales como temporales.
Como contrapartida, la información puede quedar descontextualizada tanto geográfica como temporalmente, desorientando a los lectores. Además el exceso de información puede saturarlo.
Según estudios realizados por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, la radio tardó 38 años en tener 50 millones de usuarios, la televisión 13 años, la televisión por cable 10 años e Internet 4 años.

Periodismo e Internet

Por Carla Iermini

Arquitectura de la información

El lenguaje periodístico en la web es bien distinto al de los medios tradicionales. La lectura en un monitor es un 25% más lenta que la lectura en papel. Así, el usuario en Internet lee durante menos tiempo, presta menos atención y el material que se escapa es considerablemente alto. Por eso el texto es más corto, sencillo y concreto. Prima el género informativo sobre el de opinión.
La estructura del texto es multinuclear, es decir, se parte del núcleo como acceso a la información y luego se divide en pequeños elementos. A estas piezas informativas se accede a través de un sumario. Hay también que prever el retorno porque los lectores pueden perderse en la información y alejarse demasiado del núcleo informativo más importante.
Además al texto se le puede añadir videos, fotografías, infografías, enlaces a hemerotecas, fonotecas, otras webs de contenidos relacionados o estadísticas de consulta.
Según el Lic. Jaime Estévez, autor del libro "Periodismo en la Red" y director del sitio Europa Press “en lo que realmente deberían evolucionar las webs es en utilidad. Presentaciones espectaculares en Flash pueden hacer gracia la primera vez que se visita un sitio, pero son realmente molestas a partir de la segunda visita. Hacen falta profesionales que sepan concebir una web como un dispositivo de información y servicios orientado a cubrir, del modo más amplio posible, las necesidades de su público. En esa medida, lo que auguro es una nueva generación de Licenciados en Ciencias de la Información que se conviertan en verdaderos "arquitectos de la información" y sepan plantear y dirigir el conjunto de la web del modo más útil para sus destinatarios. Creo que los "creativos" y los programadores van a tener que abandonar el papel de "webmasters" que equivocadamente han desempeñado durante años y van a tener que buscar su encaje en un planteamiento más profesional de diseñar y construir webs, incluidas las de los medios de comunicación.” Finalmente el licenciado agregó “creo que estamos ante una nueva generación de periodistas que van a saber ocupar ese rol multidisciplinar antes y mejor que cualquier otro tipo de profesional. También soy consciente de que para muchos periodistas "veteranos" trabajar en Internet no resulta gratificante ni cómodo. Pero no están las cosas como para andar "escapando" ante la primera incomodidad. Los que puedan, escaparán, y la mayoría, se reconvertirán.”

Periodismo e Internet

Por Carla Iermini

Periodismo Ciudadano

En el periodismo ciudadano las personas juegan un rol activo en el proceso de recolectar, reportar, analizar y diseminar información y noticias. El intento de participación busca ofrecer la información independiente, confiable y de gran importancia que la democracia requiere.
También se denomina periodismo 3.0. Término que surge debido sobre todo al uso generalizado de los weblogs y bitácoras en Internet en los últimos años, con los que los ciudadanos exponen su visión de diversos asuntos sociales, culturales, políticos, económicos, locales y deportivos.
El periodismo ciudadano permite evitar el control de la información por parte de las grandes empresas y poder así publicar lo que se quiera. Lo realizan los ciudadanos y no los profesionales del medio.
Los weblogs surgen como formato en Internet donde poder situar la opinión, resolviendo así las lagunas que existían en este sentido.
En países como Corea estas páginas ocupan los primeros puestos del ranking de los medios más leídos. En Argentina, el fenómeno está dando recién sus primeros pasos pero varios sitios ya han adquirido gran prestigio y popularidad.
El fenómeno de periodismo ciudadano virtual tuvo sus inicios en Oh my News, un concurrido sitio coreano que rompió con todos los esquemas sociales y que ha provocado interminables debates entre los profesionales de la comunicación del resto del mundo.
Al igual que en las redacciones profesionales a los ciudadanos que envían un artículo se les paga por la publicación, la retribución económica aumenta cuánto más leídas son las historias.
Para algunos periodistas no existe nada que se pueda llamar periodismo ciudadano, ya que el periodismo es una disciplina profesional que no se puede democratizar para la ciudadanía: la información no es democracia, sino poder. Para otros, sin embargo, supone una realidad la participación de los ciudadanos en el mundo de la información y además es algo eficaz. Pero no existe consenso sobre si esta supuesta rama del periodismo es real o ficticia; aunque, sea o no periodismo, la actividad ciudadana a la hora de comentar su particular visión de los hechos en medios públicos de Internet es cada vez mayor, por ello lo partidarios del "periodismo ciudadano" celebran el hecho de que aquellos "aficionados" independientes de intereses económicos y políticos expongan sus experiencias y opiniones de forma desinteresada en la red, un medio que dispone de una gran publicidad gracias a los avances tecnológicos.
Según el Licenciado Jaime Estévez, autor del libro “Periodismo en la Red” y director del sitio Europa Press “los weblogs, como desarrollo lúdico del periodismo, son una fuente inagotable de inspiración y reflexión para millones de personas. Cubren un hueco que jamás podrán rellenar los medios "industriales" y cada weblog tendrá en la calidad y cantidad de su audiencia la verdadera medida de su importancia y necesidad”.

lunes, 25 de febrero de 2008

Periodismo y poder parte III

Por Juan Francisco Gómez

En América Latina se ha notado un problema que ha influenciado el tema de la relación entre periodismo y poder: la asignación injusta de recursos de la publicidad oficial. Hay medios de comunicación que dependen de la publicidad oficial del Estado para mantenerse económicamente, y los gobiernos generalmente otorgan los espacios de dicha publicidad de manera discriminatoria. Muy poco se ha avanzado desde la primera denuncia que el continente conoció sobre este aspecto en contra del gobierno militar uruguayo por utilizar la publicidad oficial como arma para presionar a la prensa en 1981. La Suprema Corte de Justicia Argentina acaba de dictar un fallo en el que se califica como un ataque a la libertad de expresión la asignación discriminatoria de publicidad que contrata el Estado. A pesar de ello, hasta el momento no se ha emitido una legislación que trate el asunto.
El caso mexicano tiene varios elementos interesantes con respecto a la asignación de publicidad por parte del Estado, debido a que en principio pareciera que dispone de elementos con los cuales atacar la asignación discriminatoria de publicidad oficial; sin embargo, hay varios vacíos legales que permiten que estos comportamientos se mantengan en la práctica.
El artículo 4 contiene una primera provisión que valdría la pena considerar: “La radio y la televisión constituyen una actividad de interés público, por lo tanto el Estado deberá protegerla y vigilarla para el debido cumplimiento de su función social”.
El artículo 7 de la ley Televisa sostiene: “El Estado otorgará facilidades para su operación a las estaciones difusoras que, por su potencia, frecuencia o ubicación, sean susceptibles de ser captadas en el extranjero, para divulgar las manifestaciones de la cultura mexicana, fomentar las relaciones comerciales del país, intensificar la propaganda turística y transmitir informaciones sobre los acontecimientos de la vida nacional”.
Además, el numeral 1 del Artículo 12 le concede la facultad a la Secretaría de Salubridad y Asistencia de autorizar la transmisión de propaganda comercial relativa a su campo: “A la Secretaría de Salubridad y Asistencia compete:
I.- Autorizar la transmisión de propaganda comercial relativa al ejercicio de la medicina y sus actividades conexas”.
Así mismo el artículo 47 evita el perjuicio que podría ocasionar para una emisora el hecho de quedarse sin recursos: “Las estaciones no podrán suspender sus transmisiones, salvo hecho fortuito o causa de fuerza mayor. El concesionario deberá informar a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes:

a).- De la suspensión del servicio;
b).- De que utilizará, en su caso, un equipo de emergencia mientras dure la eventualidad que origine la suspensión;
c).- De la normalización del servicio al desaparecer la causa que motivó la emergencia.
Los avisos a que se refieren los incisos anteriores, se darán en cada caso, en un término de veinticuatro horas”.
El Artículo 57 podría ser considerado como una disposición efectiva contra la asignación injusta de publicidad oficial: “No se concederán prerrogativas que impliquen privilegios de alguna empresa de radio y televisión en perjuicio de las demás.”
En el tema del control, la ley mexicana también se encuentra en un grado de progreso mayor que el de Colombia. En el numeral 2 del artículo 91, la ley confiere al Consejo Nacional de Radio y televisión: “Promover y organizar las emisiones que ordene el Ejecutivo Federal”. Además el capítulo 2 del título 5, está totalmente dedicado a la inspección y vigilancia que la Secretaria de Comunicaciones y Transportes se encuentra facultada para desarrollar . Finalmente la ley establece las causales para incurrir en sanciones, pero evidentemente, no hay mención alguna a la asignación discriminatoria de publicidad oficial .
Como se puede ver entonces, en el caso mexicano hay aparentemente mayores disposiciones legales que en el caso colombiano, dentro de ella se contempla la posibilidad de que el Estado asegure a las emisoras de radio y televisión, algún tipo de garantía de ayuda una vez concedido el permiso para operar , hay también una disposición legal que permite establecer quien es el responsable de la asignación de publicidad oficial , algunas garantías que en principio permitirían pensar que la ley contempla no permitir que las estaciones se vean en apuros al no obtener publicidad oficial, al establecer que es obligación del Estado proteger la radio y la televisión ; sin embargo, no hay sanciones definidas en la ley para quienes infrinjan tales disposiciones y no hay mención directa con respecto a la asignación discriminatoria de publicidad oficial como tal. Y esto ha llevado a que en la práctica se vean casos de asignación de publicidad oficial discriminatoria como lo han denunciado la Oficina del Relator Oficial para la Libertad de Expresión y varias fundaciones más.