Por Adrián Martínez
Un cambio de hábitos
Hemos dicho en nuestras dos intervenciones anteriores que el desarrollo del periodismo digital se ve caracterizado por dos factores convergentes: 1) la subutilización del potencial de Internet como soporte específico de una nueva forma de periodismo y 2) las condiciones precarizadas de su producción. Hemos caracterizado los fenómenos económicos que, de un modo u otro, determinan el estado embrionario del ciberperiodismo e imposibilitan, por el momento, el surgimiento de un nuevo lenguaje que cambie las reglas de la profesión.
En este último artículo nos centraremos, entonces, en el otro polo que configura la inexistencia de un verdadero cambio: los consumidores del periodismo digital.
Internet y la gente
Todos los analistas del fenómeno del periodismo en Internet coinciden en que la aparición de esta tecnología modificó el concepto de noticia. Básicamente, señalan que la interactividad, como elemento constitutivo de la Web, genera un nuevo vínculo entre los hechos y el público.
Los que aplauden la aparición de los medios informativos digitales hablan, con tono optimista, de un nuevo tipo de lector que busca información navegando por la gran autopista de la Información. Se dice que la forma de producción digital democratiza el intercambio simbólico y los lectores se elevan al rango de coproductores de los medios periodísticos: la aparición de weblogs, grupos y listados de correos, foros y salones de chat y páginas especializadas hace creer en la posibilidad de interacciones horizontales. “La interactividad genera, además, un necesario vínculo entre la instancia pública de las noticias y la necesidad privada de expresión, comunicación y opinión”, afirma la periodista y académica Jacqueline Fowks.
Sin embargo, estas suposiciones chocan con dos fenómenos que ponen en duda las condiciones de posibilidad de un verdadero cambio: 1) los consumidores de información periodística en Internet buscan lo mismo que ofrece la prensa en papel y 2) la supuesta democratización del espacio de enunciación provoca una superambundancia que hace caótico el consumo de información en portales, sitios de noticias y medios digitales.
1) Que todo cambie para que nada cambie
Según el informe del Sistema Nacional de Consumos Culturales de la Secretaría de Medios de comunicación de la Nación de marzo 2006, que midió la exposición a noticias a través de Internet en todo el país, “el universo de la población que utiliza Internet para informarse resulta, todavía, escaso”.
Este es el primer y único estudio a nivel nacional que se ha realizado sobre los hábitos culturales de los argentinos. Según la encuesta, del total de los navegantes argentinos de Internet, sólo el 8.6% entra en la Web para consumir un medio periodístico y apenas el 1.2% de este universo tiene a la Red como único medio para informarse.
A grandes rasgos, el estudio revela que la gente consume medios nacionales y locales y casi no visita los extranjeros. Así, los diarios nacionales alcanzan el 65.7% de los ingresos reconocidos a páginas informativas. Los portales periodísticos que no pertenecen a un medio gráfico no reciben una gran afluencia y sólo alcanzan al 8.9% de las menciones.
Según los datos de la encuesta del Ministerio de Comunicación, el 39.7% de las personas utiliza medios de periodismo digital porque encuentra el formato de Internet “fácil y entretenido”. En segundo lugar mencionan a la “información permanente y actualizada” (35.3%) que brinda este medio en relación a lo que sucede en diferentes lugares del mundo.
Argentina: entre el periodismo gráfico y el digital
Un dato revelador que hace dudar de las condiciones de posibilidad del desarrollo de un nuevo periodismo en la era digital es que, para los argentinos, Internet tiene el mismo peso informativo que las revistas: sólo un 8% del consumo periodístico total. Según los hábitos encuestados, los medios digitales se utilizan casi exclusivamente en los centros urbanos y durante el día. Así, Internet aparece como una alternativa válida y de peso a la hora de informarse solamente de lunes a viernes en el horario de oficina. Finalmente, cabe resaltar que el uso de la Internet periodística está monopolizado por los medios que ya tienen una existencia en papel. Por lo tanto, los que se informan a través de Internet no lo hacen para “diversificar su información”.
2) Qué ves cuando me ves
Al principio fue el caos. Y sigue siendo. El tema central que enfrenta el ciberperiodismo es el de constituirse en una oferta diferencial dentro del maremágnum informativo que, por su propia naturaleza, genera la Red.
El periodista Juan Graff, responsable del servicio en Español de la Duetsche Presse-Agentur afirmó, en su relato sobre la importancia de las agencias de noticias, que la aparición del periodismo en Internet efectivamente democratizó el flujo de información mundial, que estaba monopolizado por tres operadores mundiales de información.
Sin embargo, opinó que las agencias de noticias son relevantes precisamente por la gran cantidad de información que existe. “Somos un filtro para seleccionar entre todo lo que pasa. En estos tiempos de precarización del trabajo, cada vez hay menos compañeros y trabajan con más información. Por eso, debemos entregarles un producto que esté hecho lo mejor posible”, explico. Es en este sentido que lo que está en juego en el periodismo digital es la capacidad para organizar la información y es tal vez una de las explicaciones de por qué la gente sigue leyendo en la Web los diarios gráficos tradicionales.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario